lunes, 2 de enero de 2012

La cabaña del abuelo Felix


Ibamos a escondidas, sabiamos que el abuelo Felix no gustaba que le husmearan en sus telebrejos, pero la curiosidad y ese misterio que envolvia la cabañita nos llevaba a entrar,
Elias, Abdel, Luis, Ruben y yo entrabamos y recorriamos los pasillitos en penumbra, objetos "milenarios" llenos de polvo de años, de repente nos sobresaltabamos con la irrupcion de alguna lagartija, que era como un dragón que intempestivamente nos saltara a los intrusos marcando su territorio, palas, alcayatas, cadenas, tablas, mil telebrejos que guardaba el abuelo por si se ofrecia alguna vez y que a mi me parecian las colecciones de un castillo abandonado. Luissssss!!!! Eliiiiiiiiii!!!! Raullllllllll!!! donde andan? se escuchaban las voces de las madres que nos llamaban, ya sabian que si no haciamos ruido, travesura segura la que estariamos tramando.
Aca estamos en la higuera, Peor tantito, pues se suponia que los higos estaban verdes aún. Que recuerdos de mis idas a casa de los abuelos en Asperon. Alli permanecen en mi memoria.
Raul Tomas Becerra Sierra

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