viernes, 20 de enero de 2012

Mi cuarto de estudiante


Cuando cursaba mi carrera en la ciudad de las rosas, vivi un tiempo en casa de mi abuelita paterna María Sánchez Villalón en una de las habitaciones de su casa, en ella tenía mi restirador (donado por mi Tia Ofe) sonorizado con un estereo de auto con un par de bocinas a nivel de techo en cajas acusticas pintadas de negro y un monton de cassetes, el techo lleno de colguijes y adornos suspendidos con hilo de pescar de cilindros recortados de un tubo cromado, debía haber cerca de 60 arillos pegados con su respectivo colguije, pinté en las paredes las franjas del los colores de mi alma mater que son negro, rojo y amarillo, paralelas que tracé en las cuatro paredes subiendo y bajando alrededor del mobiliario. Mi cama con una colcha negra y una luz negra indirecta que le daba al cuarto una iluminacion estrambótica, en el acceso una moneda de 5 pesos pegada al piso que obligaba al que entraba a querer recogerla y ¡oh! sorpresa, ¡era broma! Sobre la cama como cabecera realicé un collage de recortes, fotografias e ilustraciones con un marco pintado en color negro (un detalle lo ilustra la fotografía). En una ocasion decidí pintar de color aluminio una llave de agua que habíamos reemplazado y luego puse un clavo en la pared arriba de mi cama y alli metí el extremo de la llave.
Cuando regresé de la facultad estaba mi abuelita sentada en mi cama esperándome, me preguntó asi:
- ¿para que quieres agua arriba de tu cama?
Que lindura y que ingenuidad de mi abuelita. ¡Horas ha de haber pasado imaginando mil cosas que me habian llevado a instalar una toma de agua sobre mi cama! le desmonté la llave, le mostré el clavo y solo me dijo:
- ¡Ah muchacho!
Naturalmente ella ya sabía de la moneda, de la luz negra, y de muchas mas cosas más que había en mi cuarto.
Así fué como viví una época maravillosa en mis años de estudiante al lado de mi abuelita María.
Raul Becerra

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